Caperucita Roja
Había una vez una niña muy bonita llamada Anastasia. Su madre le había hecho una capa roja y la niña la llevaba tan a menudo que todo el mundo la llamaba Caperucita Roja.
Un día , su madre le pidió que llevase unos pasteles a su abuelita que vivía al otro lado del bosque, recomendándole que no se entretuviese en el camino , porque el bosque era muy peligroso y siempre estaba acechando por allí el lobo. Caperucita Roja recogió la cesta con los pasteles y se puso en camino.
La niña tenia que atravesar el bosque para llegar a casa de la Abuelita , pero no tenia miedo porque allí siempre se encontraba con muchos amigos: los pájaros, las ardillas...
De repente vio al lobo , que era enorme , delante de ella.
- ¿A donde vas , niña? - le pregunto el lobo con su voz ronca.
- A casa de mi Abuelita - dijo Caperucita.
"No es tan lejos" pensó el lobo para si.
- Pues yo conozco un camino mas corto del que tù estas haciendo para llegar a casa de tu abuelita. Debes ir por allí.- Le dijo a la niña indicándole un camino que en realidad era el mas largo.
Entonces, el lobo se dio media vuelta y tomó rápidamente el camino más corto para llegar antes que la niña a la casa de su abuelita.
Caperucita quedó sorprendida por la amabilidad del lobo, sin sospechar ni un segundo de sus palabras. Puso su cesta en la hierba y se entretuvo cogiendo flores para su abuelita quien se pondría muy contenta cuando le lleve un hermoso ramo de flores además de los pasteles.
Mientras, el lobo llegó a casa de la Abuelita, llamo suavemente a la puerta y la abuelita le abrió
pensando que era su nieta Caperucita. Un cazador que pasaba por allí había observado la llegada del
lobo.
El lobo devoró a la Abuelita y se puso su gorro rosa se metió en la cama y cerró los ojos. No tuvo que
esperar mucho , ya que Caperucita Roja llegó enseguida , toda muy contenta.
La niña se acercó a la cama y vio que su abuela estaba muy cambiada.
- Abuelita , abuelita , ¡que ojos más grandes tienes!
- Son para verte mejor- dijo el lobo tratando de imitar la voz de la abuela.
- Abuelita , abuelita , ¡que orejas más grandes tienes!
- Son para oírte mejor- siguió diciendo el lobo.
- Abuelita , abuelita , ¡que dientes más grandes tienes!
- Son para...¡¡¡comerte mejor!!!- y diciendo esto, el lobo malvado se abalanzó sobre Caperucita y la
devoró al igual que había hecho con su abuelita.
Mientras tanto, el cazador se había quedado preocupado y creyendo adivinar las malas intenciones del lobo, decidió echar un vistazo a ver si todo iba bien en la casa de la Abuelita. Pidió ayuda a un segador y los dos juntos llegaron al lugar.
Vieron la puerta de la casa abierta y al lobo tumbado en la cama, dormido de tan lleno que estaba.
El cazador saco su cuchillo y rajo el vientre del lobo.
La Abuelita y Caperucita estaban allí, ¡vivas!.
Para castigar al malvado lobo , el cazador le lleno el vientre de piedras y luego lo volvió a cerrar. Luego lo devolvieron a su bosque.
En cuanto a Caperucita y su abuela, no sufrieron más que un gran susto, pero Caperucita Roja había aprendido la lección. Prometió a su Abuelita no hablar con ningún desconocido que se encontrara en su camino. De ahora en adelante , seguiría sólo los consejos de su Abuelita y de su mamá.
FIN
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